El Rector Mayor envió una carta a los Salesianos de Don Bosco, a los miembros de la Familia Salesiana, a los laicos comprometidos en la misión salesiana tras el 28 Capítulo General.
Por Salesianos SMX
Don Ángel Fernández Artime, Rector Mayor, envió una misiva a los Salesianos de Don Bosco, a los miembros de la Familia Salesiana, a los laicos comprometidos en la misión salesiana y a los numerosos jóvenes animadores, educadores y catequistas que viven con el corazón de Don Bosco. Esta carta lleva por título: “Sobre nuestro 28 Capítulo General: Entre el dolor del Coronavirus y la Esperanza Pascual”.
El Rector Mayor abre el mensaje con un tema que le es muy querido y que ya ha tocado varias veces: el valor añadido de “Valdocco”, cuna del carisma salesiano, en la celebración de CG28.
Inmediatamente pasa a releer con una mirada de fe la realidad de la pandemia: “Ante esta situación de tribulación, y muy conscientes de su complejidad, no podemos dejar de lado la mirada creyente. El mismo Papa nos ha advertido diciéndonos que ‘no desperdiciemos estos días tan difíciles’”.
La perspectiva del Rector Mayor llega al futuro inmediato, en el que “se sucederán las graves consecuencias económicas que se ven en el horizonte. Será de grave preocupación los millones de personas que se quedarán sin trabajo en un futuro próximo, y los problemas económicos para la supervivencia de sus familias”. Ante tal escenario la invitación es sin duda alguna: “Debemos ir pensando en una caridad y solidaridad bien concreta… Vayamos pensando, pues, cómo reajustarnos, cómo ser más sobrios en aquello que lo requiera, cómo y dónde podremos buscar recursos, pero nunca al precio de dejar a nuestros destinatarios más pobres sin el cuidado y atención de la casa salesiana en la que siempre han estado o que les espera porque es ahora, más que nunca, cuando nos necesitan”.
La reflexión continúa recordando el importante y profético papel de los jóvenes en la CG28 y la “muy significativa presencia” del Papa Francisco.
El X Sucesor de Don Bosco responde a las preguntas de aquellos que podrían considerar el CG28 como un Capítulo “fallido”. Y aclara que, en base a lo decidido por la Asamblea Capitular antes de la clausura de los trabajos, “La Asamblea Capitular, ante la previsión de la clausura anticipada deliberó que fuesen el Rector Mayor y su Consejo, elegidos en los días anteriores, quienes tomaran en sus manos tanto las deliberaciones capitulares ya aprobadas, como las reflexiones llevadas a cabo sobre los dos primeros núcleos de tema capitular; y que con todo ello, junto con el mensaje del Santo Padre, y con la ulterior reflexión a realizar en el Consejo General, se ofreciera a la Congregación la guía para los próximos años”. Sin olvidar la carta programática para el sexenio.
La “opción Valdocco”, concluye Fernández Artime, “fue el referente seguro para confrontarnos con nuestra fuente y origen, y pedir al Señor que nos conceda, como Don Bosco lo pedía, hacer realidad el ‘Da mihi animas, coetera tolle”, y se respiró en el CG28, y tendrá que ser alimentado en las futuras elecciones a nivel mundial, perpetuando la “opción Valdocco” pedida por el Papa.
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