Mensaje del director de la Casa Salesiana de Burriana, Veri Picó.
Por Veri Picó
Este año 2020, en Salesianos Burriana, nos proponemos celebrar la Fiesta de María, nuestra Madre Auxiliadora, de otra manera. No queremos -ni podemos- celebrarla por todo lo alto. Es mucho el dolor y el sufrimiento acumulado estos dos últimos meses. Y la incertidumbre ante lo que está por venir. Pero tampoco queremos dejar de celebrarla, precisamente porque en este tiempo recio es cuando más necesitamos sentir su presencia entre nosotros, esa presencia que nos envuelve con su ternura cuando no podemos ni tan siquiera sentir el roce en nuestras mejillas o las caricias en nuestra piel.
De repente, todo es diferente. Nos hemos dado de bruces con nuestra vulnerabilidad. No sintamos vergüenza al percibirnos vulnerables. No es una vergüenza, sino una oportunidad. Así lo vivió María a lo largo de toda su vida. No perdamos de vista que somos hijos de un Dios vulnerable y es precisamente por su vulnerabilidad que Dios puede ser eficaz y ayudarnos en nuestras necesidades y crisis.
Os animo a poner nuestros ojos y nuestro corazón en la Mare de Déu, nuestra Madre Auxiliadora. No en esa grandeza que nos ofrecen muchas imágenes. No en ese pedestal al que la hemos aupado, sino en su debilidad. Como ella, no nos avergoncemos al afirmar nuestra debilidad. Vivámosla en una nueva forma de solidaridad con cada hermano que sufre hoy a causa de los zarpazos de esta pandemia, con todos los hermanos, con esta humanidad vulnerable a la que Dios ama entrañablemente y por la que, en el colmo de su debilidad, entrega su vida. Será así, y solo así, como daremos razón de nuestra esperanza en la Resurrección que comienza aquí y ahora cuando nos lanzamos, sin ningún temor, a vivir amando como Jesús nuestro Señor nos ha amado. Tal y como María nos enseña.
Con corazón desbordante de esperanza y lleno de afecto por cada uno/a de vosotros.
Veri – Director Salesianos Burriana
Mayo 2020
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